
Por primera vez en la historia democrática dominicana, el actual mandatario y tres expresidentes sostuvieron un encuentro “cara a cara” con el objetivo de construir una postura unitaria frente a la creciente crisis en Haití y su impacto en la seguridad nacional, la economía y la estabilidad del país.
Un acuerdo de cuatro puntos con los mejores intereses para la República Dominicana, la guardia de honor del Ministerio de Defensa, la entonación del himno nacional y un acto de protocolar que colocó a Leonel Fernández, Luis Abinader, Danilo Medina e Hipólito Mejía, en ese orden de izquierda a derecha, frente a la bandera y a las cámaras de los medios de comunicación fue el resultado de la reunión multilateral entre las cuatro personas que han estado encargadas de dirigir y administrar los destinos del país en los últimos 29 años.
El primer punto acordado fue la creación de espacios de trabajo conjunto y bilateral, entre el Gobierno y los expresidentes, para determinar una política nacional sobre Haití; también, se acogió la decisión de convocar «formalmente» al Consejo Económico y Social (CES) para discutir acciones concretas frente a la crisis. En esa primera reunión se acordó que Abinader, Fernández, Mejía y Medina asistirían.
De la misma manera, el Poder Ejecutivo se comprometió a entregar un informe periódico a los exmandatarios sobre el estado de la seguridad nacional y a cómo afecta la crisis en el vecino país a la República Dominicana. Asimismo, se acordó discutir, aprobar y promover una política exterior «unificada y conjunta» sobre las implicaciones de la situación haitiana.
Los acuerdos fueron anunciados a través de un comunicado leído por el vocero de la Presidencia de la República, Homero Figueroa en conjunto con Daniel García Archibald, en representación del presidente Abinader y Mejía; Omar Liriano y Natanael Concepción, representando a Fernández y la Fuerza del Pueblo y Héctor Olivo y Joselito Feliz a Medina y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Una reunión dividida en dos
El trascendental encuentro fue dividido en dos; en la primera parte, los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa, Roberto Álvarez y Carlos Antonio Fernández Onofre, respectivamente; el comandante del Ejército, Jorge Iván Camino Pérez; los directores generales del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), Luis Soto, y de Migración, Luis Rafael Lee Ballester; además del embajador dominicano en Haití, Faruk Miguel Castillo le presentaron a los exmandatarios las acciones que ha te realizado la actual administración de Gobierno ante la situación de Haití.
Luego, los exmandatarios y Abinader sostuvieron un encuentro privado en dónde estos valoraron «positivamente» las medidas aplicadas por el Estado y determinaron que «no hay una solución dominicana» para la crisis sociopolítica de ese país.
“El tono de esta reunión fue de compromiso patriótico, escucha respetuosa y acción responsable. Se trata de un mensaje claro de que, ante una amenaza común, la República Dominicana actúa como una sola nación”, expresó Figueroa.
En esa reunión privada, los líderes coincidieron en que Haití enfrenta una de las peores crisis de su historia ya que se encuentran sin un gobierno funcional, con amplias zonas controladas por bandas armadas y sin capacidad institucional para garantizar servicios básicos a su población.
En ese contexto, se reconoció el esfuerzo persistente del Gobierno dominicano por alertar a la comunidad internacional, así como las gestiones diplomáticas ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Comunidad del Caribe (Caricom), Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, en respaldo a la misión multinacional de apoyo a la Policía Nacional Haitiana.
Los expresidentes fueron informados sobre los avances en la verja perimetral inteligente, el despliegue militar y el uso de tecnología avanzada para reforzar el control fronterizo. Además, respaldaron la estrategia de desarrollo integral para las provincias limítrofes, con inversiones en infraestructura, salud, educación y empleo como parte de una visión integral de seguridad.
En materia migratoria, el encuentro reafirmó el compromiso con la aplicación rigurosa de la ley, sin dejar de lado el respeto a los derechos humanos. Se reiteró que la República Dominicana no puede asumir sola el peso de la crisis haitiana, y que la solución definitiva debe producirse dentro del propio territorio haitiano, con el respaldo firme de la comunidad internacional.