
El Departamento de Defensa estadounidense comenzó a exigir que los periodistas acreditados cuenten con su aprobación para publicar cualquier información que le concierna, clasificada o no, o se arriesgan a perder su acceso al Pentágono.
Estas nuevas condiciones, comunicadas el viernes por la noche a los periodistas afectados, representan un nuevo paso en la lucha que libra Donald Trump y su administración contra la prensa tradicional, a la que acusa de serle desfavorable.
La información del Departamento de Defensa «debe ser aprobada para su divulgación pública por un funcionario autorizado, antes de su publicación, incluso si no es clasificada», establece el nuevo documento.
El incumplimiento de esta norma se cita explícitamente como justificación para retirar la acreditación.
«Si las noticias sobre nuestras fuerzas armadas deben ser aprobadas primero por el gobierno, el público ya no recibe información independiente», declaró el presidente del Club Nacional de Prensa de Washington, Mike Balsamo.
«Solo recibe lo que los funcionarios quieren que vean. Eso debería alarmar a todos los estadounidenses», añadió el jefe de esta asociación de periodistas, antes de instar al Pentágono a revocar este requisito.